Asociacion en mi vida

Chernóbil significa el dolor.
Chernóbil significa las pérdidas.
Chernóbil es toda una la oscuridad alrededor.
Encima, hoy tenemos los incendios, la mentira e indiferencia de todo el mundo.
Todos están cansados, desanimados, desesperados, porque están solos en esta tragedia…
Pero no, ¡¡¡no estamos solos!!!
Hace 25 años ya que existe la Asociación “Chernóbil Elkartea”. Son 25 años de saneamiento de los niños y niñas de Chernóbil. Para mí “Chernobil Elkartea” significa Luz, Esperanza, Seguridad, Solidaridad, Alianza, Bondad, Justicia, Fidelidad, Devoción, Fuerza, Cariño, Amistad, Honradez, Alegría, Profesionalismo.
Todas estas palabras las he puesto en mayúscula, porque así puedo expresar aquellos importantes valores que tiene Asociación “Chernóbil Elkartea”.

Mi primer encuentro tuvo lugar en otoño del año 2005. La directora de mi colegio nos avisó que vendrían unos españoles a nuestro colegio para visitar a los niños para el programa del saneamiento en España. Salí del edificio para saludar a los invitados. El traductor salió por un momento. Me miraron los ojos abiertos de las voluntarias, eran Marian y Conchi que no entendían nada de lo que les estaba contando. Y yo, en cambio, no sabía qué hacer con ellas. Por eso las invité dentro del cole para hacer una excursión… Y a partir de aquel momento empezó mi historia de la colaboración con la Asociación. Para el colegio de Orane también fue un día emblemático. Fue un día que marcó una amistad duradera y una ayuda considerable que seguimos recibiendo hasta hoy.

Durante los años 2006-2020 he sido una voluntaria para ayudar en el trabajo de la Asociación. Les acompañé a los niños durante los viajes y coordiné el trabajo de la Asociación en Ucrania.

Me llenan los sentimientos de felicidad y esperanza por los niños que tienen la oportunidad del saneamiento, de poder limpiar el cuerpo de la radiación, de poder gozar de una mejor salud en el futuro.

La Luz, Alegría y Cariño que dominan en el aeropuerto Loiu. Los voluntarios y las familias son como unos rayos de sol a la hora de recibir a nuestros niños. Si el sol natural fuera tapado, las centenares de Luces brillarían en el aeropuerto desde dentro y calentarían a todos los presentes con su cariño.

Bondad, Amistad, Solidaridad, Hondarez. La Asociación está formada por las familias más honestas, decentes y cariñosas de todo el mundo que son también solidarias en lo que hacen. ¡¡¡Y muy unidas!!! La única cosa que no acabo de entender es cómo los vascos pueden entender uno al otro cuando durante el encuentro todo el mundo habla a la vez, y que tales reuniones puedan durar horas.

Alianza, Seguridad, Justicia, Devoción, Fuerza, Profesionalismo son los valores propios de los miembros de la Junta Directiva, así como de los miembros activos de la Asociación. Gracias a estas cualidades casi doscientos niños y niñas de los territorios contaminados cada verano tienen la oportunidad de recibir el saneamiento y así tienen una esperanza de que su futuro pueda ser sano. Ahora tengo ante mis ojos unas decenas de historias de los niños y niñas necesitados y los cambios que han tenido sus vidas después de los años del saneamiento en las familias del País Vasco en España.

Con toda la indiferencia de las autoridades ucranianas respecto a la gente de Chernóbil, yo sinceramente agradezco el trabajo de la Asociación destinado a la mejora del estado de salud de los niños y niñas de Chernóbil.

Educación. Lo primero, quiero hablar de mi misma: la colaboración con la Asociación y el trato respecto a otra gente que vi en País Vasco me enseñaron el cariño, la seguridad y respeto hacia mi misma así como el sentimiento de la igualdad entre la gente.

Me acuerdo del verano de 2008. Tenía miedo de mirar a los ojos de las familias vascas, tuve vergüenza de intervenir en la conversación. Estaba segura de que era peor que otros. Y ahora me gustaría tanto que otras personas de Ucrania también se sintieran válidas, valientes y entendieran que lo mas importante es tener unos valores humanos, y que no es una cuestión de ingresos o vivienda. Me gustaría que los ucranianos también sean solidarios y abiertos para ayudar a otros como lo son los vascos y los españoles.

Durante estos años realicé custodia de dos niñas del programa que se convirtieron en las verdaderas hijas para mí. Yo conocí a unos verdaderos amigos. Sufrí el dolor de la decepción. Me hice más paciente, aprendí a tratar a otra gente sin la necesidad de querer cambiarla.

De todo lo dicho, puedo sacar una conclusión: la Asociación Chernobil Elkartea para mí es una parte de la vida. Estoy feliz de poder ayudar a los niños y de tener una familia de amigos así. ¡Qué el bien se multiplique! ¡Qué todo el mundo sea feliz!
¡Muchas gracias por todo, Chernobil Elkartea!